domingo, 7 de diciembre de 2008

Marco histórico de la marina catalana. Siglo XIX

Después de más de un siglo y medio de decadencia de la marina catalana, la llegada al trono del rey Carlos III (1763) significo una cierta recuperación de la hegemonía de la Cataluya.
Después del tratado de París (1763) que puso fin a los hostilidades franco- españolas, se impulsaron un conjunto de medidas para fomentar el comercio marítimo con América. La primera de estas actuaciones fue el establecimiento de una línea de avisos que partían de La Coruña hacia la Habana y San Juan de Puerto Rico una vez al mes, y cada quince días hacia la Plata.
Pero no fue hasta el Real Decreto de 1779, cuando el rey de España liberalizó oficialmente las rutas de América para todos los ciudadanos del Estado.
No obstante, la Guerra contra Gran Bretaña ( 1804), la ocupación napoleónica (1808 - 1814) y el movimiento de secesión americano que culminó en Ayacucho (Perú) en 1825, frenaron en seco este movimiento de restauración.
No fue hasta finales de los años treinta del siglo XIX cuando la marina mercante experimentó un nuevo resurgimiento.
Así, entre 1830 y 1860 se vivió el período de oro de la marina a vela de construcción catalana.
Las rutas hacia América estaban en relación directa al tipo de comercio y productos a comercializar. En este sentido, la ruta del tasajo fue una de las más habituales; en Catalunya se cargaban productos de tierra (vino, aceite, aguardiente, juguetes, papel, corcho, frutos, secos, etc.) y eran transportados a America del Sur. Alli cargaban tasajo, una carne de bovino salada que constituía la aportación de proteínas de los esclavos negros que trabajaban en América del Norte, básicamente en las Antillas. Allí se cargaban de algodón, azúcar, cacao, madera y toda clase de productos coloniales y se ponían rumbo a la Península Ibérica. Ésta era la ruta más común y oficial, y muy poco estudiada, que en algún punto se desviaba hacia las costas africanas, donde los veleros cargaban esclavos para ser vendidos en las Antillas.
Menos importantentes fueron las rutas hacia México, Valparaíso (Chile) y Manila (Filipinas).

Fragmento de una carta naútica de mediados del siglo XIX, donde se indican las rutas más frecuentes en el sector del Atlántico Norte.
Fuente:
Prohom Duran, Marc J. (2002). “El uso de los diarios de navegación como instrumento de reconstrucción climática. La marina catalana del siglo XIX”, en Investigaciones geográficas, Núm. 28, Instituto Universitario de Geografía – Universidad de Alicante, España, págs. 90 - 91.
Elaboró: Lucía Méndez Pérez.

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